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Mayo


INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD SOCIAL FRENTE A LA COVID-19

Artículo de opinión (*) (Primera parte) Cuando escribo este artículo no solo terminaba con mis alumnos del V ciclo de Trabajo Social nuestra clase acerca del estudio de las principales teorías sociológicas clásicas y el uso que como profesionales de las ciencias sociales podemos hacer de ellas para explicar los problemas del Perú contemporáneo, sino también -coincidentemente- este mes de mayo recordamos el natalicio, hace 202 años, de su principal representante, el filósofo alemán Karl Marx, propulsor del materialismo dialéctico como método científico. Así, como científicos sociales, nuestras investigaciones sobre la realidad social toman en cuenta este método entendiendo el tránsito de lo cuantitativo a lo cualitativo en torno al desarrollo de las sociedades. El filósofo y sociólogo argentino Ezequiel Ander-Egg define como realidad social al conjunto de hechos, fenómenos, instituciones, procesos que ocurren en los subsistemas y sistemas sociales (como la familia, la comunidad urbana y rural, los grupos culturales, los grupos de poder, la iglesia, los medios de comunicación, el mercado, las empresas, los procesos económicos de la producción entre otros). En este marco, surge una primera necesidad de puntualizar que el desarrollo de la sociedad debe ser entendido necesariamente como un proceso determinado por dos condiciones ineludibles: el medio geográfico y la población. El medio geográfico o naturaleza (el clima, el suelo, los ríos, los mares, la flora y la fauna, así como las riquezas del subsuelo), no sólo es determinante en la calidad de vida de las personas en términos de salud y posibilidades nutricionales, sino que además es condición indispensable para la realización de las actividades productivas por medio del trabajo. El hombre no puede existir sin alimentos, vivienda y otros bienes materiales, para obtenerlos debe trabajar puesto que la naturaleza no se los brinda ya preparados. El trabajo es la base de la vida social, una necesidad natural del hombre sin el cual sería imposible su propia vida. La producción de bienes materiales que se desprenden de este trabajo es determinante para el desarrollo social. En el proceso del trabajo las personas entablan inevitablemente relaciones que permiten el desarrollo lógico de la producción socioeconómica. Se comprende entonces que a nivel mundial se haya podido observar que desde el momento en que apareció la covid-19, la principal preocupación de los países fue la afectación de las actividades diarias, la disminución a gran escala de los medios de producción por la inevitable reducción o en muchos casos paralización total de las actividades productivas. El Instituto Peruano de Economía (IPE), publicó el pasado 18 de abril, tras cinco semanas de la declaratoria de estado de emergencia, una disminución de 5 700 puestos de trabajo sólo en Lima Metropolitana. De igual forma, el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima ha proyectado que hasta finales de 2020 la economía peruana caerá 3,7 %, ello como resultado de la contracción que tendría la demanda interna privada. Es decir, el consumo y la inversión privada que representan alrededor del 83 % del producto total caerían en 2,7 % y 14,5 % respectivamente. El Estado peruano, ha dispuesto una serie de medidas entre marzo y abril del presente año, con un fuerte componente social, entre los que se indica por ejemplo, los subsidios monetarios de 760 soles a un aproximado inicial de 2 000 000 de personas y la entrega de canastas de alimentos por parte de los gobiernos locales a familias identificadas como de mayor vulnerabilidad, así mismo acciones para garantizar la atención y protección de las víctimas de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar, además de la protección temporal a favor de las personas adultas mayores en situación de riesgo. Por otro lado, la BBC, el servicio público de radio y televisión más importante de Gran Bretaña, en marzo de 2020, destacó el planteamiento del Perú para afrontar el impacto de la pandemia generada por el coronavirus, nominándolo como “el mayor plan económico de América Latina”, con una inversión según las declaraciones de la ministra de economía del Perú María Antonieta Alva Luperdi, de aproximadamente 90 000 000 000 de soles en dos etapas, contención y recuperación. A nivel económico se han contemplado medidas extraordinarias para reducir el impacto del aislamiento social obligatorio en la situación fiscal de los gobiernos locales y garantizar la continuidad de los servicios para atender la emergencia sanitaria, se implementó el Programa Reactiva Perú para asegurar la cadena de pagos con un monto de garantía de hasta 30 000 000 000 de soles, además de medidas complementarias destinadas al financiamiento de la micro y pequeña empresa. Reactivación económica será por sectores Las medidas implementadas en el país desde el mes de marzo han reflejado al mundo una fortaleza económica del Estado peruano, se destaca su disciplina fiscal, ahorro ordenado y escaso endeudamiento de las últimas tres décadas, actualmente es de 27% del PIB, una de las más bajas de América Latina. De igual manera, a diferencia de otros países, las autoridades peruanas manifiestan explícitamente que no se escatimarán esfuerzos ni recursos para proteger la salud, la economía y el empleo del país. Han pasado 69 días de la declaración del estado de emergencia nacional y ya sabemos que la reactivación de la economía se dará en cuatro fases o procesos desde este mes de mayo a agosto, con prioridades en la industria, la minería, la construcción, el comercio y los servicios turísticos Se viene diseñando el proceso de aprobación de dichas actividades económicas, a partir de un estricto protocolo general sanitario encargado de elaborar al Ministerio de Salud, que ya tuvo una primera negativa reacción por parte de la presidenta de la Confiep que indicó que “están llenos de requisitos, parecen para un país europeo”, sin embargo, más allá de observaciones, la ley es clara y contempla que además de dicho protocolo sanitario, cada sector sacará resoluciones ministeriales propias donde se dictaminarán criterios con mayor especificidad para la operación de las empresas. Lo cierto es que en medio de la división de percepciones de la población peruana, entre aquellos que por motivos sanitarios consideran necesario ampliar -e incluso radicalizar- las fechas y medidas en torno al aislamiento obligatorio y aquellos que indicaban que no era posible extender estas medidas más allá del 11 de mayo, hoy sabemos que los representantes del Estado han decidido seguir con el aislamiento obligatorio hasta el 30 de junio, pero con muchas menos restricciones lo que buscan la reactivación de las actividades económicas para la producción de bienes materiales que tan indispensables son en su reproducción socioeconómica. Esta dicotomía también se percibió entre las autoridades, como ejemplo podemos mencionar dos regiones del norte del Perú, Piura y La Libertad. Ambas se han tenido comportamientos bastante similares desde que iniciaron las restricciones. Mientras que en la primera, su gobernador regional Servando García Correa, solicita al Poder Ejecutivo, la inmovilización social total por siete días en este departamento indicando además que la población no está retribuyendo el esfuerzo que realiza el sector salud para cuidar sus vidas, “necesitamos medidas más radicales”, aseguró en un medio nacional, de otro lado tenemos las expresiones de la autoridad regional de La Libertad, Manuel Llempén Coronel, quien afirma que “La Libertad cumple con las condiciones necesarias para que este lunes 11 de mayo se reinicien las actividades económicas y se levante la cuarentena establecida para frenar el avance del coronavirus”, dijo que de extenderse la cuarentena en esta región se pondría en riesgo la paz social en la región, debido a que la población ya no aguanta seguir sin trabajar, "de 100 empresas en el Perú, 90 son pequeñas y microempresas, de esas 90, son 80 las informales y son esas las que ya no aguantan esta cuarentena", refirió. *Mg. Cecilia Montenegro Saldaña Docente de la Escuela de Trabajo Social USS
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